
Burrolandia abre al público todos
los domingos, no hace falta reservar y es gratis la entrada. Abren a las diez.
Te aconsejamos que vayas pronto porque
después se llena mucho de gente. Allí puedes comprar comida para dársela a los
animales, tomarte un bocata de chorizo o panceta y algo de beber porque tienen
también un bar... y lo más importante es que todo el dinero que recogen es para
los animales que viven allí.
A la entrada hay que seguir una
normas como no ponerse detrás del burro, no gritar a los animales ni salir
corriendo detrás de ellos, no montarse encima de los animales, dar de comer con
la mano abierta, cerrar las puertas cuando vayamos de una zona a otra... son
normas sencillas para que los niños y los no tan niños entiendan que los
animales no son juguetes.
Nos encantan estas iniciativas,
ya que les enseñamos a nuestros hijos que los animales hay que respetarlos y
quererlos, les hacemos participes de la naturaleza, que es preciosa y que
tienen que cuidar.
Además como pone en un cartel a
la entrada del centro “Después de lo que ha hecho el burro por el hombre. Ya es
hora que lo haga el hombre por el burro”.
Os dejamos por aquí unas fotos del sitio. ¡Aviso a conductores!, antes de llegar al centro hay mucho aparcamiento, por lo que dejar el coche no
es un problema. Y si queréis más información, aquí está su página web.
¡Esperamos que disfrutéis de la
experiencia igual que nosotros!
Susana
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