Aunque ya han pasado un par de meses, por falta de tiempo no
he podido contar lo especial que fue ese momento.
Llego el día, su primero año, miro las fotos de cuando nació
y ya no reconozco a ese bebé en la niña grande que tengo ahora. ¡Qué rápido
pasa el tiempo!
Ese día tenía que ser especial, no podía dejar que el día 12
de Junio fuese un día más, tenía que ser un día especial como lo fue el día que
nació. No tenía mucha idea de que iba a hacer, pero mi amiga A.H., me comento que
a su bebé, que también hacia años unos días después que Noah, que iba a
prepararle una fiesta de Barrio Sésamo, o como diría ella Sesam Street, como lo llaman en Miami, donde ella vive. Me gustó la
idea, sé que Noah no se iba a enterar de todo lo que yo iba a preparar, pero
cuando sea mayor, me sentiré orgullosa de enseñarle las fotos de su primer
cumpleaños.
La primera idea era hacer un cumpleaños en el campo, al
estilo “americano”, pero el tiempo no me acompañó, por lo que cambiamos de
planes y se hizo en un espacio cubierto.
Me puse manos a la obra, busqué fotos en internet,
descargables, ideas, etc. Fue una semana
de noches largas preparando detalles pero el resultado mereció la pena. Aprendí a hacer pompones, a hacer cajas de
chuches, preparamos guirnaldas, compramos a la mascota del cumple, el pez
llamado Espinete… y por supuesto ¡las invitaciones para los amigos!
Algo que era muy importante y que no podía dejar pasar por
alto era la tarta. Tenía que ser espectacular, algo que llamara la atención.
Nos decidimos por el Monstruo de las Galletas, pero no una tarta de las de
siempre, si no que la tarta fuese el mismo monstruo de la galletas. Aquí os
dejo el resultado, lo mejor de todo… ¡que estaba buenísima!
Fue un día muy especial, con algunas ausencias notables,
pero un día en el que la protagonista se lo paso como una niña, como tenía que
ser, disfrutó con los amigos y los primos, corrió, jugó, comió, se reía… estaba
feliz, habíamos conseguido el objetivo, ¡que ella disfrutara!
Todo nuestro esfuerzo mereció la pena al conseguir que el día
que la princesa de la casa hacía su primer año de vida, había vivido un día especial,
ella no sabría por qué… ¡pero disfruto a lo grande!
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