Durante las pasadas vacaciones hemos hecho una manualidad
que en realidad es la más típica de estas fechas ¡los huevos de pascua!, pero
que podemos hacerlo en cualquier momento del año, ¿por qué no?.
Y la verdad es que ha sido fácil y muy divertido, sobretodo
la parte de impregnarnos de pintura a tope! ¡es muy recomendable!
Además, con este tipo de actividad fomentamos su libertad
creativa, la motricidad fina y gruesa y la atención y concentración, incluso el
lenguaje.
Os contamos como los hemos hecho. Primero hemos hecho un
agujero en la parte de arriba y otro en la de abajo del huevo, pero muy
pequeñitos, para que luego no se vea mucho. Lo hemos hecho con la punta afilada
de un cuchillo y con cuidado, porque se puede romper fácilmente (aunque después
también se puede pegar).
Después hemos sacado el huevo (la yema y la clara) de dentro
soplando desde uno de los lados; soplando poco a poco va saliendo y es casi la
parte en la que mejor lo pasan
Luego lo hemos lavado bien, y los hemos dejado bastante rato
de pie para que saliese todo el huevo de dentro, y no quede ningún resto.
¡¡Después ya es hora de pintarlo y decorarlo como se
quiera!!
Los dejamos secar y… ¡¡tachán!! ¡¡Aquí tenemos el
resultado!!
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