jueves, 30 de abril de 2015

Calendario de Talleres de Mayo

¡Hola a todos!

Os adelantamos el calendario de Mayo para que podáis ir organizando la agenda para venir a todos los Talleres tan interesantes que tenemos.
Estimulación del Lenguaje, Psicomotricidad, Material DIY Montessori para la vida práctica, y una nueva sesión de nuestra Escuela de Padres, donde nos enseñarán a realizar masajes infantiles y estimulación táctil para los más peques.

Como siempre, ya sabéis que para cualquier duda que tengáis, o para reservar vuestra plaza, nuestro email está siempre a vuestra disposición: primerospasosls@gmail.com

¡Os esperamos!


lunes, 27 de abril de 2015

La conciliación, ¿es posible?

Lo primero, antes de nada, debo decir algo que estoy pensando mientras empiezo a escribir… admiro muchísimo, cada vez más a todas las blogueras y blogueros, que cada día escribís y nos contáis tanto… a mí me cuesta mucho escribir, plasmar lo que pienso…por ejemplo hoy!!
Hace un par de meses leí un artículo de Juan José Millas, en la revista de los fines de semana de “El País”, cuya foto, en primer lugar, me dejó impactada. Es esta:


Qué pensáis vosotros, ¿os deja como a mí, o es algo visto incluso como natural o normal?
La realidad detrás de la foto es que se trata de una policía en acto de servicio, y de un bebe al cual abandonaron. Una pose de foto (ya eran arriesgados antes de que llegara el Facebook). Pero ¿y si no supiésemos nada de la realidad de la foto?...impacta, porque seguro que a muchas nos hubiera venido muy bien en algún momento poder llevarnos al niño al trabajo y meterlo en un cajón, debajo de la mesa, ¡o donde fuera!

Y enganchando esto con esta palabra que está tan de moda, CONCILIACIÓN, ¿Cuál es nuestra idea de conciliar?, ¿qué significa conciliar para nosotras?, quizá eso es conciliar para muchas, poder  trabajar con su peque cerca.

Pero la conciliación real… ¿existe?
Terminas la baja de maternidad, que son sólo 16 semanas, menos de 4 meses, en concreto 3,67. Lo cual es tremendo, porque además de ser corta, es un periodo muy intenso, demasiado como para volver al trabajo sin casi tiempo de adaptarte a tu hijo… ¡¡y de las autónomas ya ni hablamos!!

Y después ¿qué pasa? Si tienes la posibilidad, la suerte o la elección de dejarlo con algún familiar, con esos abuelos que a veces acaban agotados pero puede que no quede otra, o de que tu pareja tenga el horario contrario al tuyo (también puede ser que ambos tengan todas las horas de trabajo del mundo…), el peque disfrutara de ambos y de su familia. Si es tu elección o no tienes familia, puedes optar por guarderías o madres de día, dependiendo también de la economía, de lo que deseas para tu niño...

Veo por Internet muchos artículos que hablan de la supuesta CONCILIACIÓN, de medidas a tomar que nunca se toman, de cambios necesarios que nunca se llevan a cabo... pero es a las mamás y a los papás reales a los que de verdad hay que preguntar. Una de nosotras sin ir más lejos, hemos sufrido la imposibilidad de conciliar la vida familiar en el trabajo, sufriendo un despido.
Da la sensación de que ese término, esa palabra, la CONCILIACIÓN, simplemente NO EXISTE… es una mentira, una falsedad que está ahí para que parezca todo más bonito, es como los Reyes magos, como Espinete, mucho lirili y poco lerele… Y seguirá sin existir mientras no se tome conciencia de lo complicado (por no decir imposible), que puede ser, en el caso de las madres, intentar dividir tu persona en dos para poder tener ese tiempo de calidad que queremos con nuestros hijos, y que a su vez ellos tanto necesitan, con el resto de la vida en general. Aquí tenemos otras imágenes que nos muestran un poco de luz al final del túnel, la eurodiputada italiana Licia Ronzulli, que llevó con ella a su hija desde que era un bebé a las sesiones del Parlamento Europeo. Todo un ejemplo, a nuestro modo de verlo, para abrir mentes y cambiar ideas y prejuicios.


Reflexionando sobre ello, pensé que lo mejor era hablar con mi familia, mis amigas, todas las mamás maravillosas que forman parte de mi vida, y saber qué es exactamente lo que ellas piensan en realidad de la “conciliación”.
A todas les hice las mismas preguntas que me rondaban la cabeza viendo la imagen de la madre trabajadora con su niño en el cajón:
¿Existe de verdad la conciliación?, ¿tú puedes hacerlo?, ¿la mujer y el hombre tienen las mismas opciones de conciliación?, ¿te adaptas a los cambios cundo tienes un niño, o el niño a ti?...
Y sí, la respuesta a la primera pregunta es esa, la conciliación no existe, y a continuación os escribo las respuestas que me han dado a todas las preguntas; contaros qué y porqué lo piensan. 

¿Existe de verdad la conciliación?

“La conciliación real no existe. La reducción de jornada solo es una “facilidad” que te dan en las empresas, aunque en definitiva tú sigues haciendo el mismo trabajo en menos horas, cobrando menos en la misma proporción de la reducción” N.

“La conciliación no existe. Los horarios de las instituciones públicas no se ajustan a las necesidades de los padres. Si tienes reunión con la profe tiene que ser a las 9 o a las 3, si vas al pediatra lo mismo. Debería haber un horario a partir de las 6 de la tarde que es cuando la gente sale del trabajo en general. Si estas varios días faltando al trabajo porque tienes que llevar al niño al pediatra o hablar con la profe ya te ponen malas caras” L.

“No, la conciliación no existe… en mi empresa la gran mayoría son mujeres y yo tengo turno de mañana intocable por antigüedad y cargas familiares pero ya he visto algún caso que con las mismas obligan a pasar a jornada partida, con lo cual, yo me iría a la calle por ser una situación inviable para cuidar a mis hijos. Yo en mi caso tengo reducida una hora que es lo que necesitaba pero tengo amigas que ni se lo plantean porque está mal visto y te puede llevar al despido, y no se atreven a entrar en denuncia, juicio, etc. O incluso otras que reduciendo tenían el mismo trabajo r un sueldo menor." M.

"Yo conseguí una medio conciliación en el trabajo, ya que al tener la niña me dieron jornada continua, saliendo a las 4, aunque fue un poco por sentirse obligados, así me lo dijeron, porque crearon precedente con otro compañero. No se consigue una conciliación total porque si la niña estaba mala o la tenía q llevar al médico te ponían problemas o te dejaban pero con mala cara... Creo q ahora, sí que la he conseguido, pero para ello me he tenido que adaptar yo, hacerme autónoma, crearme mis horarios. De esta manera si hay una conciliación familiar." N Z.

"Qué es conciliar? Esa es la primera pregunta. Para mi conciliar es poder enviar un correo por la noche por ejemplo, después de haber disfrutado de mis hijos por la tarde, haberles acostado. Para otros eso era todo menos conciliación. Para mi conciliar es poder llevar a los niños al cole aunque llegue al trabajo casi a las nueve y media.  Es poder ir a las tutorías, a los médicos, poder hacer algo de deporte, etc... Sentir que tengo libertad para organizar mi trabajo y mis horarios. Conciliar debería ser poder elegir". A.

"Yo entiendo por conciliar tener un horario laboral lo más cercano al escolar de modo que esas cosas las hagas iguales pero fuera de jornada laboral. Otro aspecto de no conciliación son los fines de semana, en los que yo trabajo, y los días libres, que pueden ser al antojo de la empresa, con lo que llego a trabajar hasta 9 días seguidos. ¿Crees que eres persona y tienes paciencia?... terminas destrozada". M.

"Los horarios laborales son una locura no, lo siguiente. Y trabajar de lunes a domingo librando un martes, por ejemplo, más locura aún. Y si a turnos rotativos nos refiriésemos a semana de mañana semana de tarde pues tiene un pase pero cuando cada día estás en un turno que no es ni siquiera la misma locura que la semana siguiente pues acabas loco, quemado y claramente (aunque no es mi caso) no ves el momento ni de ser madre, ni de dar ningún tipo de paso importante en tu vida, porque no puedes, literalmente hablando." S.

"Locura total, horarios q te tienen todo el día fuera de casa y turnos rotativos ilógicos que no te permiten ninguna otra actividad, además de descontrolarte. Eso, con hijos pequeños, es irreconciliable totalmente." O.
"Yo creo que la conciliación familiar empieza por la conciliación de uno mismo con su trabajo, es decir, ninguna persona que trabaje, aunque no tenga familia o hijos, debería tener horarios absurdos con dos o tres horas de comida en cada jornada, por ejemplo, o con turnos rotativos, que hacen prácticamente imposible hacer nada a parte del binomio casa-trabajo. Creo que debería, en estos casos, darse prioridad a las madres/padres de escoger turno, para hacer coincidir el horario laboral con el escolar y poder pasar tiempo con sus hijos" N.

“Las jornada maratonianas de 10 horas de trabajo está más que probado que son mucho menos efectivas que la jornada intensiva.” N.


¿Cuándo tenemos un hijo, adaptamos nuestra vida a los evidentes cambios que se producen o son los pequeños los que se adaptan a la nuestra?

 “Los padres adaptamos nuestra vida. Tu vida social cambia y está centrada en sus cosas.  Sus actividades extraescolares, cumples de amigos, jugar en casa o en la de sus amigos. Y todo lo que quieras hacer fuera de su mundo es siempre con ellos, o sea que lo tienes que adaptar a ellos también. Pero bueno, yo me alegro de poder hacerlo porque son mi vida y sin ellas y sus cosas no sería lo mismo mi vida.” E.

“Pues yo creo que con el primer hijo los padres adaptan su vida, en la medida de lo posible al bebé, y todavía queda tiempo para algo personal. Y con los sucesivos, pues se van adaptando al ritmo de su hermano mayor...  a sus actividades, etc. Y para algo personal, pues milagros también existen. Pero creo que al margen de que los niños tengan más vida social que los padres, hay q buscar un equilibrio y sacar huecos para la pareja, para un café con una amiga, para un respiro.” M.

“La vida cambia... ¡y el que diga lo contrario miente! Al principio te adaptas a ellos pero poco a poco tienes que ir adaptando horarios y costumbres por las dos partes. Tenemos que cenar o comer antes porque ellos lo hacen antes pero también los fines de semana ellos se adaptan a nuestro horario para poder hacer cosas distintas.” L.

“Creo que hay que adaptarse un poco ambas partes. El Niño se acostumbra a lo que tú le enseñes. Desde los 5 meses se tiraba 8 horas en la guardería... porque no había otra solución. Ahora se tira 4 horas, porque yo estoy en casa, y aunque tengo que trabajar, son las horas justas para poder apañarme y después seguir haciendo mis cosas en casa con ella. Así que, creo que nosotros tenemos que intentar cambiar en la medida en que los trabajos nos lo permitan y el niño se adaptará a todo lo que nosotros tengamos que hacer.” N Z.
“Yo creo que no puedes ni debes anularte por ellos, porque lo que tú eres también les enriquece, pero lógicamente tus prioridades pasan a un segundo plano, al menos por un tiempo.” A.


El padre y la madre ¿tienen las mismas opciones de conciliación?

“Si el padre se quiere reducir la jornada también, le miran raro, porque solo un 10% de los hombres se reducen la jornada, cuando, ¿sabíais por ejemplo que tanto el padre como la madre tienen derecho a la reducción de jornada simultáneamente, mientras no trabajen en la misma empresa y departamento?” N.

“Yo creo que las mujeres seguimos llevando el gran peso de la familia y de la casa, por cultura, por tradición, por educación, etc. Y en mi caso también por un cierto nivel de intransigencia personal, que me lleva a abarcar todo lo posible para asegurarme de que todo está bajo control y a mi manera.” A. 

“Las mujeres somos las que nos encargamos de estas cosas por eso los hombres lo tienen más fácil... ellos no tienen que faltar tanto al curro porque se despreocupan más de ciertos temas.” A.

 “Los hombres no tienen ningún beneficio ni ningún tipo de conciliación familiar. Ellos parece que no son padres.” N Z.

Está claro que es bastante complicado para cualquier madre o padre poder conciliar o equilibrar su vida familiar con la laboral... ¿lo conseguiremos algún día?, ¿qué pensáis vosotras?

viernes, 10 de abril de 2015

Mamás Colaboradoras - Natalia

Creo que la mejor forma de empezar a hablar de mi  maternidad es dejaros aquí la definición de hijo por José Saramago, porque como podéis leer, lo explica a la perfección:

“Hijo es un ser que nos prestaron para un curso intensivo de cómo amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y de nosotros aprender a tener coraje.
Sí, ¡es eso!
Ser padre o madre es el mayor acto de coraje que alguien puede tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo de perder algo tan amado.
¿Perder? ¿cómo?
No es nuestro, ¿recuerdan?
Fue apenas un “préstamo”.
Cierto, pero es un préstamo que llega a convertirse en el don más preciado que jamás llegamos a tener en el efímero tiempo que dure el empréstito.
Un préstamo por el que damos la vida, sabiendo que hay que devolverlo.
Un préstamo sin intereses pero cuyo cuidado lleva implícito ¡el más alto sacrificio y la defensa más sólida!
Cuida tu préstamo, muchos lo querrán, otros lo odiaran,
¡Sin embargo para ti no tiene precio!”


Tengo dos hijos preciosos, Enzo y Maya. Entre los dos no suman los 4 años. Y aun siendo tan pequeños, es increíble cómo pueden sacar lo mejor de mí, y provocar ese sentimiento de amor absoluto que me sobrepasa muchas veces. Tan grande que no sabes cómo explicarlo con palabras, porque llega a ser casi tangible, cuando nunca les das un beso que sea lo suficientemente grande, o un abrazo lo suficientemente fuerte como para expresar lo que sientes por ellos. En una entrada de mi blog escribía hace tiempo que a veces tenía que contenerme porque les quiero tanto que a veces temo aplastarles entre los brazos de puro amor.
Y ser padre o madre es el mayor acto de coraje, porque si les pasa algo, tú te mueres. Sin más.
Parece que hoy estoy muy tremendista, debe ser por la falta de sueño, que ser madre también implica dormir menos, (mucho menos). Y que te despierten en mitad de la noche encendiéndote la luz, y tú que no puedes ni abrir los ojos y no sabes ni dónde estás, y te digan con las zapatillas en la mano -¿Vamos a jugar al salón, mami?-. Y duras penas atinas para ver el móvil de tu mesilla y descubrir que son las cinco de la mañana. Genial, para cuando se duerma, tú te habrás desvelado lo suficiente como para no volver a dormirte, así que va a ser un laaaargo día.
También es renunciar a muchas cosas que antes dabas por garantizadas, cosas aparentemente sencillas como ir al baño tú sola y no tener dos mini espectadores sentados delante de ti, uno de ellos diciendo “mami, ¿qué estás haciendo?” tres o cuatro veces en el transcurso de una micción, y la otra porque aún no habla, que si no… ahí, los tres, en amor y compañía, en el baño de dos metros cuadrados.
O el placer de leer un libro en un tiempo normal. Ahora, el día que soy capaz de leerme dos páginas del libro de turno y se me saltan las lágrimas de la emoción, y teniendo en cuenta que me estoy leyendo el último ladrillo de Ken Follet, igual lo acabo dentro de 5 años.
Podría poner más cosas, pero parecería que hay más malo que bueno, y nada más lejos de la realidad. Me mata no dormir, si, lo llevo fatal, me pone de una mala leche tremenda; pero lo compensa cien mil veces levantarme e ir a despertar a Maya, cogerla después de que se estire en la cuna a sus anchas y tenerla abrazada un minuto, (se abraza como un pequeño koala) con la cara hundida en su minicuello respirando su olor a bebé. Se me olvida que llego tarde a la oficina. Se me olvida el sueño y se me olvida el mundo.
Y ver como Enzo crece y aprende y habla como una cotorra, y va siendo personita poco a poco me hace babear a litros. Me hace recobrar la ilusión por las pequeñas cosas, cuando le veo emocionado perdido sin poder contenerse con el hecho de ver un caballo en la calle, o un avión que nos sobrevuela. O una grúa, o un tractor. Cualquier cosa. E intento aprender de él cada día a recobrar ese sentimiento perdido en algún momento de la adultez.
Cada edad tiene sus cosas, y aunque me da una pena tremenda que crezcan, a su vez verles crecer me enorgullece y me alimenta como nada en este mundo.
Para mí, entre otras muchas cosas, esto es la maternidad. 










Escuela de padres - Las rabietas

A partir del día 19 de abril vamos a comenzar con las sesiones de “Escuela de Padres”, donde vamos a recibir de forma regular las visitas de profesionales de diferentes categorías, seleccionadas gracias a las dudas que nos planteáis, quienes con sus ponencias intentarán darnos ideas y respuestas, para ayudar en lo que puedan en esas dudas que todos tenemos y que muchas veces no sabemos a quién preguntar o cómo solventar.

Muchas veces recibimos tantos consejos de tu madre, tu hermana, tu tía, tu amiga, que no sabemos qué hacer… y al final por medio de la experiencia y de los propios errores vamos aprendiendo, así como todo en la vida. Pero con una guía…todo sería un poco más fácil!!

La primera de las sesiones va a tratar acerca de las rabietas, ¿existen?, ¿qué podemos hacer frente a ellas?, ¿podemos tratarlas?, o mejor aún, ¿podemos evitarlas?


Cristina Martín, psicóloga experta en infancia y adolescencia por la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia SEMPyP, y con formación en Mindfulness, nos hablará sobre este tema. Debatiremos, nos dará ideas y nos enseñará diferentes técnicas de relajación para los peques y los papás y mamás, que podremos aplicar nosotros mismos. 

Aquí os dejamos la publi con todos los datos. Y si tenéis cualquier otra duda, ya sabéis que estamos a vuestra entera disposición. 

¡Feliz fin de semana!


lunes, 6 de abril de 2015

Taller de Estimulación de Bebés en Espacio 3C

El pasado día 29 de marzo tuvimos un taller de estimulación de bebés en Espacio 3C en Leganés. Como ya sabéis es uno de nuestros lugares preferidos para organizar talleres con los más pequeños.

Asistieron bebés con sus papás y mamás, desde los 2 hasta los 10 meses. Tanto los papás como los peques con muchas ganas de participar, jugar y aprender!!

Realizamos diferentes juegos para ejercitar el movimiento, la psicomotricidad, el ritmo a través de la música, la estimulación de las sensaciones propioceptivas… siempre adaptados a cada uno de os bebés y a su edad.

Con estos juegos, los papás y mamás aprendieron que en casa se puede estimular a los más peques de forma fácil y sencilla, con objetos que tenemos a nuestro alcance, de nuestro entorno. ¿Os apuntáis al próximo? 

Estimulación de bebés

Estimulación de bebés